Un inicio trepidante e inolvidable: un accidente con un globo aerostático pone a prueba los instintos y la catadura moral de varios personajes que lo presencian y se ven implicados, entre ellos, su protagonista. Pronto, y de golpe, el relato vira hacia una historia muy loca de obsesión homo-erótica y religiosa. Turbio y random. Con tan extravagantes ingredientes, el autor monta una novela que lo tiene todo: emoción, reflexión, erudición (un poco paródica), sexo, drogas y lo que parece ser en su obra una constante, que es el planteamiento de algún incómodo dilema ético-moral.
Algunos de sus capítulos son enteramente cartas del tal Jed Parry, el fanático perturbado que acosa al protagonista, y son tan delirantes como imprescindibles.
Otro rasgo que parece ser característico también del autor ese análisis de los malentendidos en las relaciones de pareja: las consecuencias de las cosas que se piensan y no se dicen, las que se dicen y no se piensan, etc.
Para mí, una de sus mejores obras hasta el momento. Recomendación portuguesa. Un 8,5.
24 de Marzo, 2017
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