Portada y título horribles, pero me encanta Mendoza, el Mendoza serio y menos disparatado que es el que encontramos, en su mayor parte, en esta novela.
De un modo algo encubierto, traza aquí una especie de autobiografía, relatando las andanzas y las tribulaciones de un joven solitario e indeciso que trabaja de periodista en Barcelona (en una época deprimente debido al atraso político y social que se vivía en la España de los 60) y se traslada luego a Nueva York, donde se debate entre hacer algo enérgico y valeroso con su vida, y la frustración y la abulia: ”Sus teorías eran extremadas, incluso absurdas, pero en su modo de pensar y de actuar había renovación y riesgo. En el mío, por el contrario, sólo había conformismo y sumisión a los cánones”.
Encontramos intercalada en esta parte más autobiográfica, en la que también describe su percepción de personajes y sucesos históricos de la época (Fraga, Nixon, Carrero Blanco, el feminismo, la liberación gay…), la historia estrafalaria del Principe Tuukulo, aspirante al trono de Livonia, que entabla una poco justificada relación con el protagonista, en la que aparece ese otro Mendoza más surrealista, que poco tiene que ver con el resto, y que no parece llevar a ningún lado (seguramente tendrá más desarrollo, ya que forma parte de una proyectada trilogía).
Lo que más me ha gustado es el deje barojiano que impregna gran parte del libro: una manera de retratar personajes dejándolos hablar y exponer teorías provocativas y exaltadas (como el cínico pianista Yves y sus diatribas contra el arte y las mujeres, el abogado del diablo y abnegado padre de familia Allan, la enérgica negacionista Gudrun, Ernie, el homosexual deprimido, …), de presentar giros en apariencia arbitrarios y con abruptos finales, y de recrearse en relaciones sentimentales estériles y fallidas, llenas de incomprensión, que conducen siempre de nuevo a la soledad.
Una obra que sin ser demasiado redonda ni concisa, resulta entretenida, enriquecedora, llena de referentes y siempre con la maestría, brillantez, claridad y calidad de la prosa del autor.
Autobiografía ficcionada histórica. Un 8,5.
Lunes, 25 de Marzo, 2019
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