«¿Qué es toda esa mierda sobre los Yarbirds?»
Brutal y apasionante. Imprescindible como ensayo sobre música y sorprendentemente deslumbrante en lo literario. Me arrepiento de haber pillado este libro en la biblioteca, sin duda tenía que haberlo comprado; aún no lo descarto. Es una obra de consulta y un Evangelio de la historia del rock, o mejor aún porque a diferencia de aquellos, este está escrito en el momento de los hechos; se trata de una selección de artículos de un cronista coetáneo e implicado en la escena en primera persona y en caliente, y no una historia elaborada a partir de recuerdos o testimonios indirectos. En eso reside su fuerza y su rabia. Bueno, en eso y en el personalísimo y frenético estilo de Bangs acorde también con sus tiempos acelerados, mitad periodismo musical militante y subversivo, mitad ida de olla filosófica e intoxicada. Un estilo atropellado, verborreico, ingenioso, abigarrado, febril «como un piloto de hot rod»... intenso y agotador. No te puedes desconcentrar un momento y sin duda requiere de relectura: es imposible captarlo todo a la primera. Debo advertir que quizá no guste a todo el mundo, que no a todos haga gracia su locuacidad incontenible e irreverente
Bangs fue un loco exaltado, un cínico, un hater recalcitrante difícil de contentar, muy crítico con todo, en especial con la sofisticación y las imposturas de la cultura del rock. Defensor a ultranza del rocanrol más crudo y faltón, era, en el fondo, un proto-punk. Sus crónicas vehementes y entrevistas delirantes parten siempre de un planteamiento gamberro, corrosivo, transgresor, entusiasta y apasionado, que denota unas percepciones muy bien encauzadas, casi proféticas y sorprendentemente vigentes («todo aquello sobre lo que se asienta el negocio musical: la exageración, el peloteo, la falsedad»).
Y por supuesto, el humor, impertinente y deliberadamente ampuloso; yo me he descojonado vivo, pero llega un momento en que le enviarías a la mierda.
Además de impagables impresiones cercanas y descacharrantes sobre muchas leyendas del rock, muchas veces reducidas a parodia de sí mismas, contiene multitud de sorprendentes y reveladores datos cronológicos («A mi juicio, las cosas empezaron a ir cuesta abajo para el rock en 1968»; «el punk rock es algo cuyo mugriento hocico se asomó hacia 1966»)
De su exuberante abundancia de datos y comentarios, no puedo por menos que transcribir algunos:
Count Five:
«aunque el respaldo instrumental sonase vagamente a un coche atascado en el barro mientras las ruedas giran acelerando en vano.»
Stooges:
«Iggy Stooge es un maldito tonto»
«Lo que necesitamos son más «estrellas» del rock dispuestas a hacer el ridículo «
«Ninguno de ellos llevaba más de dos o tres años tocando, pero eso es bueno; no tienes que desaprender nada de lo que arruina a tantos otros jóvenes prometedores de blues exhibicionista…»
«un mono domesticado seguramente podría aprender a tocar esa línea de dos acordes subyacente»
«el saxo tenor sonando a jabalí malherido»
«ígneos mantos de feedback»
Jagger:
«sus actuaciones, con sus miradas lascivas y remilgados andares, siempre fueron ultrajantes, chorras, absurdas y tracendentalmente arrogantes»
Ian Anderson:
«Se hace pasar por loco y realmente da el pego, tambaleándose como si estuviese afrontando feroces vendavales llegados de lugares inimaginables»
«En la creación de algo puede llegarse a un punto en que los adornos y el oropel, y la construcción misma, se vuelvan tan relevantes que realmente ya no importe lo que contenga en su interior»
Kraftwerk:
Muy celebrada también su destacable entrevista a la banda teutona, con los que parece mostrarse más respetuoso de lo habitual, y de donde salen perlas como esta: «Es bien sabido que los alemanes inventaron la metanfetamina, que de todas las herramientas accesibles ha sido la que más ha aproximado a los seres humanos a la condición maquinal»…¡y esto lo escribió en 1975!
Lou Reed:
Capítulo aparte -literalmente- merece su espinosa relación con el ex Velvet Underground:
«Yo le chuparía la polla a Lou Reed, por la misma razón que besaría los pies de quienes redactaron la Carta Magna»
«Lou Reed es un pervertido profundamente depravado y un patético enano de la muerte (…) un talento desperdiciado, un artista en flujo constante (…) un macarra que vive a costa del nihilismo tontorrón de toda una generación»
«Dios mío, parece un insecto (…) sus ojos escrutan el local contínuamente, lleva afeitado el cráneo y bajo el pelo se aprecia la palidez, parece como si llevase implantadas en la cabeza placas metálicas»
(Rock&roll) «…la menos pretenciosa y más auténtica de todas las canciones recientes que toman como tema lo que se supone que es su forma»
Tangerine dream:
«suenan como cieno sedimentando en el fondo del océano«
Elvis:
Ofrece un retrato despiadado y certero, desmitificador, de un Elvis obtuso y abotargado, víctima de un éxito desproporcionado, sobredimensionado:
«lo más crucial es que, cuando Elvis se puso a menear las caderas y Ed Sullivan se negó a mostrarlo, el país entero se vio abocado a un paroxismo de frustración sexual»
» Siempre hubo algo sobrenatural en él. Elvis era una fuerza de la naturaleza. Aparte de eso, era un zurullo. Un paleto grandullón y tonto apenas más listo que su mula»
«…pues me convertísteis en la mayor estrella del mundo, creísteis en mí, pusisteis en mí todas esas esperanzas que no hubiese pudido cumplir incluso de haber podido comprenderlas»
«preferiría que me dijeseis que soy una mierda, de vez en cuando, o incluso que lo soy todo el tiempo»
New Wave:
«La «new wave» ya tiene su primera víctima, y dada la predilección de esta escena por las drogas y la actitud destructiva general...»
Teds: «Parecían personas que habían tenido una iluminación y que seguían chupeteando eternamente el hueso seco de ese recuerdo»
Richard Hell:
«Es parte de la forma del rocanrol conservar el coraje de tus convicciones de adolescente y hacer cosas que sean vergonzosas y ultrajantes para mucha gente, pero que constituyen mucho del atractivo para tu público»
«Hasta dónde mantengas la actitud que tenías de adolescente influye en la medida en que te mantengas vivo»
«Y no me refiero a vuestros putrefactos dioses, sino a una sensación de asombro ante la vida misma y a la sensación de que hay algún factor que por lo menos DEBES buscar hasta caer muerto por causas naturales»
Racismo:
«Digamos que no es necesario esforzarse en ser racista. Es un retorcido y minúsculo coágulo de veneno que acecha en todos nosotros»
«Yo no discrimino -solía reírme-. ¡Tengo prejuicios para todo el mundo!»
«…tiene la teoría de que una de las cosas más importantes de la New Wave es que en su gran mayoría es música blanca, y el enorme giro que esto supone con respecto al rock del pasado, casi todo él derivado del blues. No estoy necesariamente de acuerdo con eso»
Lennon:
Dedica un capítulo a elaborar un desilusionado obituario por un Lennon –«cínico, burlonamente sarcástico, secamente ingenioso e iconoclasta»– cautivo de su éxito, apabullado, incomprendido, mal interpretado.
Ruido horrísono: Bangs me divierte especialmente en sus descripciones puramente musicales, disruptivas y llenas de sarcasmo:
«una guitarra de alarma antiaérea atonal»
«una hora larga de feedback chirriante»
«las sobregrabaciones de guitarra sub-sub-sub-sub Hendrix de Stephens se tropezaban unas con otras de modo tan inepto que convergían en una atonalidad genuinamente vigorizante»
PIL:
«no es más que otro traficante de nihilismo barato, con todo lo que ello conlleva: racismo barato, sexismo barato, etc.»
«se trata de música negativa, de música desolada en todos los casos; es música procedente del otro lado de algo que siento pero no me atrevo a cruzar»
Lost Highway:
«Creo que perder el entusiasmo por algo que te convenía es casi una tragedia (…) Se convierte en un negocio, y puede destruir tu creatividad (…) A veces desearía que tocase gratis en cualquier parte, que tocase el piano solo o con un pequeño grupo, para así poder disfrutar de la música»
Sid Vicious:
«Por lo menos Sid podía andar por el escenario con la frase «NECESITO UN PICO» escrita con sangre en el pecho y aporrear en la cabeza a la gente en primera fila con su bajo (…) Sid sí que se lo pasaba bien.»
Varias:
«Si existe el paraíso del rocanrol deben tener una banda infernal»
«el impulso inconsciente y obsesivo de bailar toda la noche que hoy está arrasando en la ciudad de Nueva York»
«Y todo el propósito, absurdo y mecánicamente persistente, de tu relación con la música grabada es la búsqueda de ese momento inestimable»
«el aparente disparate de un hombre que dedica su vida al tambaleante artificio de intentar parecer una mujer»
«de modo similar a como nuestros prejuicios y miedos más profundos escriben los chistes que nos contamos unos a otros»
«todos esos elepés inanes en los que participa esa pandilla de mierdosos mercenarios de técnica impecable»
«El primer error del arte es asumir que es algo serio»
Ya hacia el final, y gracias al trabajo devoto y amoroso de Greil Marcus en la complilación y presentación de los textos, las palabras de Lester adquieren un oscuro tono profético, presagiando su próximo y trágico final de modo a veces sutil y otras veces a lo bruto: «Quiero follarme a la muerte». Marcus no se ha contentado con seleccionar una muestra del trabajo de Lester, sino que ha pretendido ofrecernos un retrato del personaje a partir de sus artículos, contarnos su historia y rendirle un homenaje: «Este libro es mi versión de la obra que nos legó Lester Bangs. No es una recopilación ni una selección representativa, sino un intento de retratar a un hombre que está creando una visión del mundo, llevándola a la práctica, afrontando sus consecuencias y tratando de seguir adelante».
No soy mucho de recomendar, pero en este caso sí lo hago, encarecidamente. Lectura obligada para los fans de la historia del rock, desde el curioso hasta el erudito. Es realmente tremendo.
Libros del Kultrum. Un 9.5.
Ensayo musical/ Autobiografía involuntaria.
La Floresta, lunes 28 de septiembre, 2020
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