“Barbados como el Todopoderoso“
Apasionante y apasionado ensayo sobre el desarrollo de la identidad cultural europea durante el siglo XIX que ofrece además un documentado punto de vista histórico a los albores de la industria musical y del negocio editorial. El historiador Orlando Figes logra implicarnos en un tema tan sesudo mediante un lenguaje accesible, un discurso ameno y divulgativo y el aire novelístico que consigue utilizando al trío de intelectuales protagonistas como eje del relato histórico.
La tesis del autor es que, durante el siglo XIX, los avances tecnológicos encabezados por el ferrocarril (y seguidos por la fotografía, la impresión a gran escala, las traducciones…) fomentaron una expansión del arte y de la cultura en los países europeos que dio lugar al surgimiento de una cultura común a todos ellos, cultura que tendió a confluir y a amalgamarse hasta que los movimientos nacionalistas de final de siglo pusieron fin a esa ilusión colectiva, viendo en ese cosmopolitismo un impedimento para la consecución de sus fines políticos patrióticos y/o imperialistas.
“La tensión entre sentimento nacional y cosmopolitismo moldearon no solo la identidad de europeos como Turguénev, sino también la política europea”
A lo largo de sus muchas páginas, Figes nos detalla la evolución de los factores tecnológicos y humanos que fomentaron tal expansión, analizando minuciosamente datos económicos, sociales, ideológicos, deteniéndose en momentos de las biografías de entrañables genios del pasado (Rossini, Meyerbeer, Liszt, Chopin, Beethoven, Wagner, Sand, Flaubert, Tolstoi, Zola, Maupassant, Courbet, Monet, Manet, etc.) y en los entresijos de las relaciones artísticas y personales entre ellos, tema en particular que da lugar a momentos muy mágicos.
Adquiere especial protagonismo y emoción la relación triangular de los protagonistas centrales, centrales en el relato y en el sentido de representativas de lo que fue la inquietud cultural y la búsqueda del cosmopolitismo artístico que defiende el libro: Pauline Viardot, cantante y músico excepcional, decidida e intrépida, activista y anfitriona de las mejores veladas musicales de su época; Louis Viardot, su marido y protector (artístico), erudito y experto empresario de la pintura, la literatura y la música; Ivan Turguénev, promotor de la literatura rusa más allá de sus fronteras, y novelista innovador y comprometido con la realidad social, amigo leal de ambos y abnegado amante en la sombra de Pauline.
“Las guías que escribía estaban organizadas por escuelas nacionales y por épocas de la historia del arte, un esquema pedagógico que la mayoría de las galerías adoptaron en las últimas décadas del siglo XIX”; “Bien entrado en los sesenta años, en Baden se entregó a los placeres tranquilos de la erudición” (L. Viardot)
“Salió de París sin garantía de que la contrataran en ningún sitio, y se encargó de toda la organización del viaje y de los contactos con los gerentes de las salas de conciertos y teatros, negoció los contratos y tomó todas las decisiones por su cuenta”; “Tendría que cantar música mala en un tono bonito (odio lo bonito en el arte)” (P. Viardot)
“Durante los años siguientes se convertiría en todo un paladín de los derechos de autor en un ámbito internacional”; “No le gusta la música, la poesía ni la naturaleza, ni tan siquiera los perros, y estas son las únicas cosas que yo amo (Turguénev)
A continuación voy a intentar esbozar algunas de las ideas y señalar algunas citas que me han llamado la atención en cada capítulo:
“Europa en 1843”
El interés de Rusia por la ópera italiana.
El despliegue de las redes ferroviarias: “El romanticismo ha llegado a su fin en esta tierra, es el amanecer de la era del ferrocarril”
Liszt y Paganini: “En su interpretación, todo estaba calculado para crear un efecto sensacional y generar espectáculo”
“cómo se estableció el canon europeo (…) durante la época del ferrocarril”
“La modernidad es lo transitorio, lo fugaz, lo contingente”
“me interesaría comparar Rusia con España; ambas mantienen una cercanía con Oriente de forma más inmediata que cualquier otra nación de Europa, de la que forman las dos extremidades”
“Una revolución en escena”
La eclosión de la Grand Ópera: “un equipo de sesenta maquinistas para mover la escenografía”
Proliferación masiva de partituras con reducciones sencillas de las grandes óperas para ser interpretadas por los aficionados, debido al aumento de popularidad del piano: “En Reino Unido, en la década de 1840, tener un piano en casa era algo habitual”; “No hay una forma fiable de medir el impacto que tuvo el piano en la vida de las mujeres, pero está claro que supuso un importante cambio cultural y social”
Primeros problemas causados por la piratería musical y literaria.
Música Clásica vs música popular. Lo comercial en la música. Pauline y su caché.
“del público burgués, permeable a las modas, que acudía a la Ópera”
“Debería existir en el mundo un mercado del arte, donde el artista solo tenga que llevar sus obras y tomar el dinero que necesite. Pero, tal como están las cosas, un artista tiene que ser también, hasta cierto punto, un hombre de negocios” (Beethoven)
Chopin “música sombría, demandas exorbitantes”.
Revolución, república, socialismo. Meyerbeer y Wagner: “Al asociar a los judíos con la regla del dinero y del afán comercial en la cultura”
“La cultura en la época de su reproductibilidad técnica”
Gounod y Pauline. La Great Exhibition en Londres. Traducciones. Auge del realismo en literatura y en pintura.
“La novela era el medio por excelencia por el que los lectores se implicaban en esta realidad contemporánea”
“Esta forma impersonal, la ausencia total de la voz del autor en la observación científica de la realidad cotidiana, fue la base de una revolución en el arte de la novela”
“Era la naturaleza aleatoria de estos detalles lo que creaba el efecto de realidad”
Estrategias comerciales de los pintores: “su credo sobre la autopromoción mediante el comportamiento escandaloso” (Courbet)
Nuevo mercado de las reproducciones de obras pictóricas de éxito, Guerra de Crimea, Turguénev vuelve a Courtavenel.
“Tras la agitación revolucionaria de 1848, los gobiernos de todo el continente recelaban del poder que guardaba la cultura, y el teatro en particular, para despertar sentimientos políticos”
“Que Balzac consiguiera vivir de la escritura era una excepción”
“Europeos en movimiento”
Turguénev despechado; su relación paternal con los hijos de Pauline.
La expansión ferroviaria ofrece a los ciudadanos de clase media la posibilidad de viajar, “como medio para la mejora intelectual”, lo que pronto se masifica y banaliza, dando lugar al turismo: “La industria turística fue una creación de la era del ferrocarril”; “Los viajeros se distinguen de los vulgares turistas porque exigen un conocimiento y una apreciación más profundos de la vida y la cultura de los lugares que visitan”.
“Botkin (…) era un adinerado diletante, crítico de arte y de música, escritor de viajes y experto en arte español e italiano por lo que, en muchos sentidos, era un compañero de viaje ideal”
“las simpatías benevolentes excitadas por un conocimiento más extenso de las circunstancias y los sufrimientos de nuestros semejantes”
“Roma es una ciudad sorprendente, que puede reemplazar a cualquier cosa; la sociedad, la felicidad e incluso el amor”
Berlioz, decadencia de Pauline, Orphee.
“Europa se divierte”
Y entra de lleno en “la era del entretenimiento global”. Strauss y el baile: “Strauss II era omnipresente en estas ciudades balneario. Su música de baile constituía la banda sonora de una sociedad dedicada a la diversión”
Offenbach y sus operetas, Danubio azul como primer hit de música de baile. Wagner, un personaje que aparece como un odioso supremacista: “Offenbach era el peor tipo de judío”; “Pauline estaba indignada por la diatriba racista de Wagner. Podía ser admiradora de su arte, pero detestaba esos planteamientos políticos, y él como persona tampoco le gustaba demasiado”.
Guerra francopusiana.
Mujeres compositoras: ”las lecciones no habían llegado a abordar el contrapunto y la orquestación, habilidades básicas para la composición de una música de mayor empaque”
“La tierra sin música”
Figes, que por lo visto es británico y nacionalizado alemán, aprovecha el exilio de los Viardot y Turguénev para dibujar sin mucho cariño la escena cultural inglesa. Londres: mucho dinero, poco arte propio: “El sentido del arraigo no forma parte de mí, y cada casa que tengo es más bien como una tienda” (Turguénev).
“Cultura sin fronteras”
París, veladas musicales en el salón de los Viardot, interés por la música española (“exotismo de la España andaluza”) y rusa: “A Turguénev le espantaba la exotización de la cultura rusa”. Turguénev abogaba más bien por formar parte de la cultura europea.
La escuela nacionalista rusa: “Éramos todos idealistas con un cariz social, mientras que Turguénev era, después de todo, un esteta”.
Impresionismo, al principio desprestigiado, y promocionado con astucia por Durand-Ruel mediante modernas técnicas de marketing.
Conmovedora amistad de Turguénev y Flaubert (“se volvió huraño”; “Flaubert era el hombre que más amaba en el mundo”)
Traducciones.
Zola: “Considero la palabra naturalismo tan ridícula como usted, pero seguiré repitiéndola una y otra vez, porque hay que dar nombres nuevos a las cosas para que el público piense que son nuevas”; “En España, el impacto de Zola fue casi equiparable a una revolución cultural, ya que los intelectuales radicales adoptaron su movimiento como forma de acabar con el conservadurismo de la sociedad católica”.
El convenio de Berna, un primer intento para la regulación internacional de los derechos de autor: “el tratado constituyó un cuerpo legislativo crucial, cuyos principios rectores siguen hoy vigentes”
“La muerte y el canon”
Sentimientos nacionalistas en el arte. Masificación de los entierros públicos de intelectuales insignes con fines propagandísticos de exaltación patriótica. Consolidación de un canon de grandes obras: “lista consolidada de las obras clásicas consagradas en el sistema de valores de las sociedades.”
Disminución y globalización del repertorio operístico: “repertorio operístico estándar de alcance mundial”
Incremento exponencial de las bibliotecas públicas: “La década de 1880 fue un punto de inflexión en el desarrollo de las bibliotecas públicas en toda Europa”
Enfermedad de Turguénev y muerte de Louis. En palabras de Pauline, siempre tan atinada: “Sus momentos finales fueron los de un sabio (…) Sintió que se acercaba la muerte y le dio la bienvenida”.
Muerte de Turguénev (“Adios, mis queridos, mis blanquecinos”).
De cómo los nacionalismos dieron al traste con la ilusión de una cultura europea: “la reacción nacionalista contra el cosmopolitismo literario que se desarrolló en aquellos años”.
“Cuando usted hizo su debut, Rossini, Bellini y demás se encontraban en el apogeo de su gloria; después, vio el brillante reinado de Meyerbeer, cómo –y de entre qué neblina- surgía el arte de Richard Wagner… y ahora el surgimiento del arte de Richard Strauss, el precursor del fin del mundo”
“ya no era tan probable que quienes asistían a los conciertos públicos supieran leer música o conocieran las piezas a partir de la partitura o las entendieran del modo que había hecho que la experiencia de escuchar música en vivo durante el siglo XIX fuera tan preciosa e intensa”
“Me he vuelto indiferente a muchas cosas. Rara vez expreso mi opinión, no me parece que merezca la pena” (P. Viardot)
Penguin Random House. 8.4.
Ensayo y biografías.
Domingo, 2 de mayo, 2021
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