Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar

“Al final siempre ganan los monstruos” Juarma

Mucho mejor de lo que me esperaba. Advierto de que la sinopsis de la contraportada no es muy de fiar, ya que no se trata de una reconstrucción nostálgica de los festivales con la panda: es un libro sobre la cocaína. De hecho, es el tema diferencial en este libro respecto de otros con un planteamiento similar (cuadrilla de amigachos intentando encajar la madurez). La adicción, insisto, no es aquí ni mucho menos un tema tangencial, sino que se erige como protagonista principal, dirigiendo la vida de los personajes. Estos, van alternando sus relatos en primera persona desnudando sus sentimientos, emociones, miedos y mezquindades, dando su versión y desnudando su sucio corazoncito, teniendo en cuenta que, en general, son de un perfil bastante quinqui, de los que son capaces de darle el palo a alguien sin contemplaciones. Es lo que tiene.

Mola bastante, tiene ritmo, tiene garra, mantiene el interés y utiliza un estilo resuelto y sin complejos, variado e intenso, a menudo frenético, con un lenguaje llano, oral y popular y a veces, directamente slang. Lo guay del libro es que consigue hacerlo todo creíble y próximo; parece que el autor lo haya vivido en sus carnes. Aunque su desarrollo es más bien trágico, a más de uno le pondrá los dientes largos… durante un rato.


30

«No le pregunté qué había pasado, de qué se había enterado, porque le ocultaba tantas cosas que no quería cagarla más todavía»

59

«Y que entonces le invitó a fumar heroína, que Camarón nunca la había probado»

82

«Me imaginaba a mí mismo de maestro y pensaba: ¿pero qué hostias le voy a enseñar a los niños? El mundo es un asco, si son pobres nunca van a salir de ahí, y el esfuerzo y el trabajo duro es una necedad para convencernos a los tontos de que nos dejemos el lomo y pongamos nuestra vida al servicio de que unos pocos hijos de puta vivan bien»

149

«Y ten cuidado con lo que dices y dónde lo dices, porque si me jodes, va a ir a por tí gente peligrosa de verdad, a la que no le importas. Y esos no te van a mandar al hospital.»

188

«Habíamos construido un entorno a nuestra medida para consumir cocaína. Eso es lo que nos había quedado. La razón por la que seguíamos juntos. Todo escondíamos secretos y le temo mucho a los míos»

225

«Que la coca pues nuestra vida era»

253

«Don Salvador es un tío encantador, tiene mucha experiencia tratando con escoria como yo, sabe mucha teoría, maneja distintas terapias, conoce bien las consecuencias del abuso y es consciente de lo subnormales que somos por consumir»

254

«Mi psicóloga me decía durante las sesiones que había estado muchos años de mi vida sintiendo culpa por una persona a la que nunca le importé»

255

«La marihuana la mueve ahora el Pocacosa, un chaval un poco tímido, sensible y torpe, pero con buen corazón. Demasiado, tal vez, para meterse en un negocio donde solo te puede ir bien siendo un hijo de puta»

262

«Con la farlopa hay un instante en el que no controlas ni tu cabeza ni tus impulsos y en el que te dejas arrastrar hacia un abismo que a cada raya que te metes se va haciendo más grande y oscuro»


Blackie Books. Un 8.

Crónicas drogotas

La Floresta, 10 de agosto, 2021

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: