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“A corazón abierto” Lindo, Elvira

  Tenía ciertas reservas hacia esta novela pensando que sería un producto demasiado comercial, pero me ha gustado.

  Las historias sobre padres un poco sonados, escritas por sus hijos, tanto desde una voluntad de homenaje como de ajuste de cuentas, constituyen casi un género en sí mismo. Manolo Lindo es un padre de esos excesivos, poseído por cierto grado de megalomanía delirante… No es, desde luego, el tierno padre de Paloma Serrano ni el incorruptible de Abad Faciolince. Tampoco llega a los extremos del padre pornógrafo de Offutt o a los delirios psicóticos de la madre de De Vigan…¿a quién me recuerda? Tal vez a los desmanes de Abbie Hoffmann («Revolucionarios«) o al estrambótico doble de Demis Roussos en «Derecho natural». Un tío que se ha construido una actitud/personalidad arrolladora para impedir que el pasado le traumatice, pero que no puede impedir que en algún momento esa carga le desborde y caiga sobre su abnegada familia.


112 «Ese resentimiento, esa rabia, la había desahogado en un carácter extravagante, arbitrario, fuera de toda lógica. Para presentarse como padre modelo nos ofrecía ejemplos anti pedagógicos. Sabía mandar y amar, pero de una forma atropellada, intensa, a veces divertida, otras injusta»


 La biografía de su padre comparte protagonismo con la crónica de la infancia itinerante y de la juventud de la escritora, en el marco de la Españita del tardofranquismo/transición: los colegios de monjas, el coqueteo con la política izquierdista, los colegas fumetas, las desgracias familiares…

Una novela bien escrita, con oficio y solvencia. Elvira Lindo se expresa desde el cariño, con un tono intimista y cercano, entrañable, sincero, emotivo, delicado… también brioso y resolutivo. Quiero decir que no es excesivamente pasteloso, aunque riesgo, innovación o transgresión tampoco vamos a encontrar.

 Me ha faltado un poco más de chicha hacia el final, algún toque perverso o turbio. Todo en ella encaja bien, sin ninguna estridencia, manteniendo siempre una contención y un realismo doméstico que no contribuirá precisamente a fijarla en mi memoria.


24 «En estos dos últimos años, la vejez le tiene amargado; de su boca solo salen comentarios apocalípticos (…) Pero esa ira permanente que ha borrado por completo su carácter ánimoso también ha permitido que aflorara el pasado en una versión más cruda, porque él nos lo había presentado siempre envuelto en un humor que disipaba cualquier sombra de dramatismo»

26 «como suele ocurrirles a los viejos, se ha sumergido de lleno en el universo de su infancia (…) Pienso ahora con inquietud en que si se hubiera muerto antes de que le invadiera este estado de amargura no hubiéramos conocido este otro yo, tan celosamente censurado»

67 «El respeto hacia su criatura, a pesar de que jamás considerara que debía proporcionarle algún tipo de estímulo para comunicarse con el mundo»

174 «Los aplausos me encantan, me dan ganas de llorar, me dan ganas de hacer una reverencia y que ése sea el final de mi vida»

244 «haz un deporte que exija concentración»

248 «Comparten un amor excesivo como celoso, desconfiado, que puede en cualquier momento desembocar en desgracia»

266 «Su actividad, desde que se jubiló, son las reclamaciones»


Seix Barral. 7.8

Homenaje al padre/ Lectura de cartilla

Sant Cugat, 14 de octubre, 2022

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