La rocambolesca historia de Ernst Hanfstaengl, un hombre que fue bohemio en París, amigote de Hitler en su juventud entre guerras, y confidente de Roosvelt tras su huída de la Alemania nazi.
Un personaje complejo y contradictorio: intelectual, ambicioso, trepa, idólatra, incluso divertido y afable… cuyo drama vital acaba resultando ser la añoranza por la atención/ amistad que su reverenciado Hitler le profesaba en los tiempos mozos.
249 “Nadie podía imaginar lo que sentía entonces. El marfil bajo sus dedos ágiles lo transportaba a su mansión de Múnich, al inicio de la década de 1920, cuando era el pianista de Hitler»
El punto es que Putzi (Hanfstaengl) es de madre estadounidense, y él siempre ha creído y ha abogado (corren los 20´s y 30´s) por una alianza entre USA y Alemania y lo cierto es que, por lo que cuenta, al principio son muy amiguitos, los yanquis y los nazis. Me ha llamado especialmente la atención lo extendido del antisemitismo en la época (USA, Canadá, las universidades)
Pero Hitler no está interesado en los “consejos geopolíticos” de Hanfstaengl, que se convierte en un personaje incómodo a medida que Alemania se enchicha y que acabará huyendo como una rata tras una broma macabra, siendo hecho prisionero, colaborando con los EEUU y viviendo, contra pronóstico, una vejez relativamente tranquila y siempre nostálgica.
El libro es del estilo biografía ficcionada que puede recordar a Cercas, Scuratti (“M, el hijo del siglo”), o Vuillard, con trazas de documental, acción y reflexión. Un estilo accesible, de lectura amable, aunque con un punto literario y épico.
86 «Siguió amando al país como a veces se sigue amando a una mujer que nos ha traicionado. A través de ella se ama uno a sí mismo, un momento de su juventud, la fotografía polvorienta de un tiempo perdido para siempre»
102 «Los protocolos de los sabios de Sión «
133 «Putzi, que había estudiado los fenómenos de la corte (…) En otoño de mil novecientos veintinueve, la crisis económica proporcionó a los nazis el terreno fértil que requería su retórica victimista»
160 «Putzi vivía lo mejor de su vida. Era tan libre, tan divertido, tan animado… Con él, todas las veladas concluían alrededor del piano»
177 «Hitler es un producto de la historia alemana. Entendió mejor que nadie que el pueblo alemán, ahíto de modernidad, de ciencia y de progreso, necesitaba una fe, una trascendencia»
207 «Y luego estaba estaba esa historia de la superioridad de los pueblos nórdicos, que empezaba a irritar a Roma. Y el antisemitismo.»
218 «Para el Führer, la lealtad, la fidelidad y el agradecimiento eran terreno desconocido (…) Es un fenómeno clásico en las democracias, las dictaduras y las cortes reales, que quien llega a la cima vuelve a la espalda a sus primeros partidarios, mediante el silencio o mediante purgas»
221 «En efecto, desde su llegada lo acompañaban Schopenhauer, Glück y Hindenburg -el filósofo, el compositor y el militar-. Una santa trinidad para el hombre que, muy a su pesar, no era ninguna de las tres cosas»
261 «En esa jauría nazi, confesar tu debilidad significaba firmar tu sentencia de muerte»
317 «La vida sin música no es sino error, fatiga y exilio», escribía Nietzsche»
348 «El gran relato que sostendría hasta el final de su vida nació ese mismo día a ojos del mundo: el de un hombre que lo había intentado todo para civilizar a Hitler»
350 «¿Qué queda de un hombre cuando la causa a la que se ha entregado se convierte en su enemiga?
354 «… un organismo destinado a difundir la propaganda adecuada para mantener la cohesión nacional en tiempos de guerra»
Seix Barral. Un 8.
Biografía ficcionada/ Novela histórica
La Floresta, martes 13 de diciembre, 2022
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