Tan floja como su portada (que no es la del afoto), sólo la salva la admirativa descripción del circuito de Spa-Francorchamps y un leve amor por la épica de la F1. Es una novela de un lenguaje absurdamente rebuscado, en la que para decir cosas simples utiliza un lenguaje tan encriptado que no se entiende... Leer más →