Tan floja como su portada (que no es la del afoto), sólo la salva la admirativa descripción del circuito de Spa-Francorchamps y un leve amor por la épica de la F1.
Es una novela de un lenguaje absurdamente rebuscado, en la que para decir cosas simples utiliza un lenguaje tan encriptado que no se entiende nada.
Un anónimo mecánico de la F1 salva a una estrella de cine de una explosión en boxes, para vivir luego toda su triste vida pendiente del reconocimiento de ese momento de heroísmo, que no llega.
Ya el planteamiento es bastante estúpido, pero el desarrollo aún lo es más, llegando a resultar el personaje detestable en su egocentrismo y su ceguera, y derivando hacia el final en una absurda y arbitraria presentación de personajes que no pintan ni aportan nada. Una mierda.
3 o ni eso.
18 de Abril, 2018
Deja una respuesta