«Ventisca»  Vintgras, Marie

  Sorprendente y encantadora novela breve, muy bien proporcionada, con muchos motivos de interés y pocas pretensiones. Conjuga una cierta sencillez en su planteamiento con un desarrollo frondoso, enmarañado y, sin embargo, bien resuelto.

 Durante una violenta tormenta de nieve, Bess pierde al niño, el niño para el que Benedikt hace de padre. Este sale angustiado en su busca, haciéndose acompañar del turbio lugareño Cole, poco partidario de la expedición. Durante esa noche cargada de malas vibras, los personajes recuerdan las circunstancias que los han llevado hasta allí. Cada capítulo (breve también) toma la voz de uno de los personajes en un drama con muchos recovecos. Los protagonistas son pocos, sus monólogos se van alternando, convocando en ellos a numerosos personajes ausentes, con lo que construye una progresión de interrelaciones y motivaciones muy bien engarzadas.

 El estilo es claro y directo, sin florituras, supeditado a la psicología de las diferentes voces. No hay descripciones extensas ni digresiones eruditas, sino que se ciñe a los hechos del presente y del pasado, entreverados de sutiles reflexiones. Su ritmo es fluido e intenso; en pocas páginas dice muchas cosas.

 Una de las bazas de la novela es su localización en un paraje remoto de Alaska. Un medio hostil, poco receptivo a urbanitas en busca de solaz (95 «Si estabas dispuesto a vivir en medio de la nada, a trabajar duro hiciera el tiempo que hiciera y a no quejarte, había un sitio para ti»); un lugar, por otro lado, tan andrógino que no augura nada bueno. Me ha recordado bastante, supongo que es una referencia obvia, a “La desaparición”.


31 «Aunque sea bajito para su edad, parece un profesor de fiesta, con sus gafas y sus libros debajo del brazo»

105 «Mi padre me enseñó que no había que ser nunca portador de malas noticias, que la gente no te desvincula del mensaje y que tienes todas las papeletas para que te acaben cortando la cabeza»

116 «Después, calibras lo que será la vida cuando se hayan ido, cuando ya no haya nada que de verdad merezca la pena vivirse, nada que valga más que la felicidad de haberlos visto crecer, cambiar de rango, de niños titubeantes a adultos jóvenes que cuestionan tu mínima decisión»

119 «Los que no tienen ya un rostro nítido, aunque sí recordamos exactamente la extraña postura de su cuerpo, sus llagas abiertas hasta el hueso, como si alguien hubiera querido enseñarnos todos los engranajes internos por pura curiosidad, solo por ver»

125 «Nos casamos en su habitación del hospital, era lo que quería. Ella pálida como una esposa ya muerta, yo pomposo con un traje comprado deprisa y corriendo y que me quedaba tan raquítico que ella aguantó la risa al verme, una risa que parecía un suspiro postrero»

156 «Supongo que los hombres de su clase se esperan un final violento, que es la consecuencia lógica de su vida»


Nórdica. 8.6

Thriller nórdico

La Floresta, viernes 25 de agosto, 2023

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