Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar

«El río de cenizas» Reig, Rafael

Un abuelete bastante pillín, tipo aficionado a la ginebra y a los libros, con cierta cultura y muchas cosas que decir, ingresa en una residencia tras sufrir un ictus que lo deja un poco mermado físicamente, no mucho. A partir de su diario, que empieza a escribir desde ese momento, nos da a conocer su entorno en la residencia (de personajes, claro, también un poco chuecos) y fuera de ella (entorno este que prácticamente se reduce a su hijo, asesor político exitoso con una vida emocional inestable) mientras nos expone a un ritmo vigoroso sus filosofías y los recuerdos de su vida sentimental.


191 «¿Mi vida? Cuando pueda ver al mismo tiempo el pasado, el presente y el futuro, comprenderé quién soy, y si he  sido siempre la misma persona (mi carácter) o si he tenido que transformarme en una dirección (mi destino)»


 El argumento no parece muy suculento, pero su hábil construcción y su desenfado un poco enfadado hacen que la lectura te vaya llevando hacia adelante sin demasiado esfuerzo. El personaje central tiene mucha miga y sus opiniones, peso y sustancia. Consigue traspasar al lector sus alegrías, pesares y contradicciones.


«Debo de ser poco cristiano (devoto tal vez de un dios prehistórico, anterior a la escritura), porque no creo en el perdón: no hay más perdón que el olvido, que borra los lo que sucedió, pero en el que permanece vivo el sentimiento de agravio, ya sin causa reconocible. En cuanto a Gonzalo, todo el mundo tiene algo que echarle en cara a su padre, y el hecho de que todos los padres nos sintamos culpables de antemano facilita las cosas»


 No he hablado aún del contexto, con gran protagonismo también en la novela. Representa que transcurre durante la pandemia, desde los primeros rumores y casos hasta la fase del confinamiento. Pero lo curioso es que, si bien esta última fase coincide en lo esencial con la realidad, la parte de rumorología, los primeros síntomas, medidas y reflejo mediático, se  tergiversan y exageran en esta novela, buscando un toque divertido que da un poco de miedo.


«Por las noches, jaurías de perros asilvestrados (que han sido abandonados por sus dueños, incapaces ya de alimentarlos) recorren las calles y atacan a cualquiera que lleve una bolsa de la compra»


 Una propuesta sería que trasluce un humor que se va tornando sombrío a medida que avanza, y buenas dosis de crítica social con un punto cínico (representa que el protagonista es un tío de pasta), reflexiones lúcidas, nostalgia y empatía.


15 «Dicen que el despertar precoz (o insomnio terminal) es propio de la edad avanzada y de las depresiones melancólicas»

51 «… está bien educado, escucha hasta el final, como si los demás habláramos en latín o en alemán y hubiera que esperar a que la frase termine para encontrar el verbo o esa partícula que modifica el sentido»

55 «Mi fantasía será muy seca para lo que yo necesito, pero qué fértil puede ser para lo que me mortifica»

97 «… entrega dos peones a cambio de desarrollo y de abrir líneas para un ataque peligroso. Ceder material y ganar posición: la esencia de cualquier sacrificio»

122 «Te pondrás bien, volveremos pronto a casa, no te sueltes de mi mano, no tengas miedo. Cosas que se dicen, qué iba a decir. No tengas miedo, le repetía. Las raíces de sus venas todavía alimentaban en vano, obcecadas, su cerebro declinante»

139 «Yo me sumergí en la ola de erotismo y cuando me quise dar cuenta, mi hijo ya tenía dieciocho años»

196 «Muchos apestados, perdidas ya la cabeza y el uso del lenguaje, recorren las calles desiertas a cuatro patas, aullando como lobos»

199 «En cuanto al domicilio, nunca consideró bello el lugar en el que vivo, la belleza la encuentro donde paso un fin de semana o donde voy de vacaciones, porque la belleza es un fraude venial»

216 «… como en los campos nazis, los que sobrevivan serán los peores, los más cobardes, los dispuestos a todo, los capaces de pasar por encima de los demás»

221 «quizá por eso este milagro irónico e inútil me conmueve tanto»

233 «como dicen los alemanes, no hay mejor almohada que la buena conciencia»

235  «para la astracanada de la vejez el único telón es la muerte»

250 «los buenos libros, le sugiero en cambio, siempre hablan de quien los lee»


Tusquets. 8.2

Geriatrix

Sant Cugat, miércoles 28 de diciembre, 2022

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Blog de WordPress.com.

Subir ↑

A %d blogueros les gusta esto: